Esta empresa tecnológica murciana se dedica a la investigación y al desarrollo de productos relacionados con la biometría vocal. “La biometría, en general, es toda solución que use algo definitorio y unívoco que define lo que eres, no lo que sabes, como puede ser un código, o no algo circunstancial, como puede ser una tarjeta. Es algo, por tanto, definitorio de la identidad. Es una métrica alrededor de un elemento biológico. Puede ser el iris del ojo, una huella dactilar, una analítica de ADN o como en nuestro caso, que somos especialistas en biometría vocal, aquella que se centra en el sonido de la voz”, aclara Carlos Gavilán, director de desarrollo de negocio de Biometric Vox, proyecto impulsado por Joaquín Cros junto a un equipo de investigadores, doctores, ingenieros, matemáticos…
“Las interfaces están girando hacia las interfaces de voz natural. Estamos normalizando hablar con los robots a través de asistentes de voz. Por ejemplo, en EEUU, 1 de cada 6 hogares ya tiene un asistente de hogar basado en voz. O hacemos búsquedas en el teléfono mediante la voz. Pronto, accederemos a nuestro edificio o abriremos el coche con la voz. Es un desarrollo natural en el que vamos dando usabilidad y simplificación al usuario en el mundo que nos movemos. Nuestra aportación es que la biometría vocal va a ser y es esencial para abordar la demanda en la personalización y en la inmediatez y que sea seguro el acceso a todo tipo de servicios. Por ejemplo, los financieros, en primera instancia, es decir, el acceso a la banca de forma segura y no intrusiva. Pero hay muchos otros usos, como integrarnos en un videoportero para acceder a los edificios o reconocer a un cliente al oír su voz cuando hablamos con él por teléfono. Por ejemplo, estamos trabajando con una empresa de seguridad para que, a través de nuestra tecnología, poder comprobar que los vigilantes que hacen la ronda sean quienes corresponden en cada momento. En definitiva, es una herramienta muy transversal, poco intrusiva y natural que nos va a permitir reconocer quién está diciendo qué y, sobre todo, que esa persona es quien dice que es”, aclara Gavilán.
Este proyecto tecnológico surge en 2015. “El origen está en un problema concreto, en una necesidad detectada por un cliente que necesitaba resolver problemas de usurpación de identidad en los trabajadores de empresas agrícolas. Muchos de los que forman parte de Biometric Vox trabajaban en una empresa que desarrollaba soluciones de ingeniería relacionada con soluciones de voz, telefonía IP, desde el enfoque de infraestructuras. Cuando detectamos la necesidad, es cuando damos pasos hacia lo que hoy es Biometric Vox”, recuerda Gavilán, que explica que en el sector agrícola hay un problema de entorno, es decir, se trabaja en un ambiente con mucho ruido de fondo. “Así, es imposible hacer una biometría facial, ya que la luz cambia constantemente. Es muy complejo hacer una biometría de iris, porque es muy intrusiva y lenta. Y la dactilar se descarta porque el desgaste de las huellas de las manos de las personas que trabajan en el campo es acusado. En ese entorno complejo, tenían un problema de usurpación, es decir, daban de alta a trabajadores que en ocasiones eran sustituidos por otros”.
Durante los primeros meses de investigación para encontrar una respuesta a ese problema, “nos enfocamos en encontrar una solución muy robusta. En algo más de un año, conseguimos con nuestra tecnología tener una precisión equivalente o superior, según los casos, a la huella dactilar. Y ahí es cuando nos damos cuenta que esto no es solo una solución para esa necesidad, sino que puede ser un producto sustitutivo de otro tipo de biometrías más exigentes o intrusivas del mercado. Ahí hay un giro y se abre el abanico de oportunidades de negocio hacia el desarrollo de diferentes productos”.
Biometric Vox cuenta con dos productos innovadores: “CheckVox es una solución de identificación por voz, evaluada en ambientes extremos de funcionamiento como pude ser el entorno agrícola. Podríamos definirlo como ese corazón de motor biométrico, que permite la identificación y/o la verificación de personas mediante el sonido de su voz. Y FirVox, una plataforma que proporciona la capacidad de firma electrónica avanzada por voz con validez jurídica y avalada por la normativa europea”.
En febrero de este año, Biometric Vox, que ya está trabajando en nuevas líneas de investigación como soluciones para la lectura automática del movimiento de los labios y otras disruptivas basadas en blockchain e inteligencia artificial, captó una ronda de 1 millón de euros, liderada por InnoCells, de Banco Sabadell, así como por Murcia Emprende SCR, Serban Biometrics y un consorcio de empresarios de Murcia. Gracias a esta inyección, “estamos en el mercado español, con el foco puesto hacia Europa, y también en Lationamérica y EEUU.
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